La grandeza inherente al ser humano

“Trata a una persona como si fuera excepcional y llegará a serlo”

La identificación del yo que nosotros mismos nos damos es fruto de nuestro contexto, por lo cual los demás crean una parte de la percepción de quienes somos. Así que teniendo eso en mente, ¿por qué no usarlo con un fin positivo?

Escuché sobre un estudio en el cual a un grupo de niños se dividió en dos, a uno de ellos les dijeron y trataron como si fueran superiores a los del otro grupo, superiores en un sentido intelectual, diciéndoles cosas como: “son muy inteligentes”, “son los mejores”, etc.

Rápidamente, sus notas empezaron a ser más altas que las del otro grupo, los cuales fueron tratados de forma totalmente contradictoria. No había alguna diferencia cognitiva entre ellos, solamente el cómo se dirigían hacia ellos.


Me parece asombroso que con el simple acto de creer en el potencial de alguien puede influir en su desempeño y comportamiento. Lo visto en el estudio apoya al efecto Pigmalión, también conocido como la profecía autocumplida, donde sugiere que nuestras expectativas sobre los demás pueden afectar su comportamiento de manera significativa.


¿Cómo ayudar a otros?

Al considerar el poder de nuestras acciones, surge la pregunta sobre la equidad y la justicia en nuestras interacciones diarias. ¿Cómo podemos aplicar este principio de manera justa y ética en la educación, el lugar de trabajo y otras áreas de la vida? Estas son cuestiones importantes que merecen nuestra atención y reflexión.

Es por ello que debemos de usarlo de una forma positiva para ayudar en el éxito y el crecimiento personal de los demás. Nuestra influencia puede marcar la diferencia al empoderar a otros para que crean en sí mismos y alcancen su máximo potencial.

Estas son algunas de las cosas que podríamos hacer :

1. Comunicar Expectativas Positivas: Expresar abiertamente nuestra confianza en las habilidades y capacidades de alguien puede ser el primer paso para desencadenar un efecto positivo. Al hacerles saber que creemos en ellos y en su capacidad para tener éxito, estamos sembrando la semilla de la autoconfianza y la autoestima.

2. Proporcionar Apoyo y Aliento: Ofrecer apoyo incondicional y palabras de aliento durante momentos difíciles puede marcar una gran diferencia en la vida de alguien. Ser un recurso confiable al que puedan acudir en busca de orientación y ánimo puede fortalecer su determinación y motivación.

3. Brindar Feedback Constructivo: El feedback constructivo es una herramienta poderosa para ayudar a los demás a identificar sus fortalezas y áreas de mejora. Al enfocarnos en resaltar sus logros y ofrecer sugerencias específicas para su desarrollo, les estamos proporcionando las herramientas necesarias para crecer y mejorar.

4. Crear un Ambiente de Confianza: Cultivar un entorno seguro y de confianza es fundamental para fomentar el crecimiento y el éxito de los demás. Al crear una cultura donde se valoren los esfuerzos y se reconozcan los logros, estamos proporcionando el espacio necesario para que puedan asumir riesgos y perseguir sus metas con confianza.

5. Modelar el Comportamiento Deseado: Finalmente, ser un ejemplo a seguir al demostrar confianza en uno mismo y en nuestras propias habilidades puede inspirar a los demás a adoptar una mentalidad similar. Nuestra actitud positiva y nuestra creencia en nuestro propio éxito pueden motivar a otros a esforzarse por alcanzar sus metas con determinación y perseverancia.


¿Puedo auto-aplicarlo?

Ahora bien, también existe otra arista de este efecto en la que aún no se ha a explorado en este post, el como uno mismo puede “auto-mejorarse”. Esto implica adoptar una mentalidad positiva y proactiva que influya en nuestro propio comportamiento y resultados. Aquí hay algunas formas en las que puedes practicárlo:

1. Establecer Metas Desafiantes pero Realistas: Fija metas que te desafíen a crecer y mejorar, pero que aún sean alcanzables. Creer en tu capacidad para lograr estas metas es fundamental para activar la profecía autocumplida.

2. Visualizar el Éxito: Dedica tiempo a visualizarte alcanzando tus metas y teniendo éxito en tus esfuerzos. Imagina los pasos que darás para lograrlo y cómo te sentirás una vez que lo hayas logrado. Esta práctica refuerza tu creencia en tu capacidad para triunfar.

3. Practicar el Autodiscernimiento Positivo: Cambia tu diálogo interno hacia uno más positivo y afirmativo. Enfócate en tus fortalezas y logros pasados en lugar de en tus debilidades. Recuerda que tus pensamientos y creencias sobre ti mismo pueden influir en tu comportamiento y resultados.

4. Desarrollar una Actitud de Persistencia: Mantén una actitud de perseverancia y determinación frente a los desafíos. Acepta los contratiempos como parte del proceso de aprendizaje y crecimiento, y continúa avanzando con confianza en tu capacidad para superarlos.

5. Buscar el Desarrollo Personal Constante: Invierte en tu crecimiento personal y profesional a través del aprendizaje continuo y la mejora constante. Busca oportunidades para ampliar tus habilidades y conocimientos, y desafíate a ti mismo a alcanzar nuevos niveles de excelencia.

6. Celebrar los Pequeños Éxitos: Reconoce y celebra tus logros, por pequeños que sean. Esto refuerza tu autoestima y confianza en ti mismo, creando un ciclo positivo de autoeficacia y éxito.


En conclusión, tal vez estemos desperdiciando el poder transformador de nuestras creencias y expectativas, tanto en nosotros mismos como en los demás. Al adoptar una mentalidad positiva y proactiva, y al fomentar un ambiente de apoyo y confianza, podemos desencadenar un ciclo ascendente de éxito y crecimiento personal. Recordemos siempre el impacto que nuestras acciones y palabras pueden tener en la vida de los demás, y utilicemos ese poder de manera ética y positiva para ayudar a todos a alcanzar su máximo potencial.